
¿Cómo es posible que en el cristianismo digamos que la imagen lo es todo? Basta con reconocer que Dios se hace imagen en su hijo Jesús entre nosotros. No se trata de hedonismo sino del cristianismo más puro. Juan en su evangelio nos dice: "y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1,14). Hagamos de nuestros espacios pastorales y litúrgicos una imagen del Dios enamorado, festivo y sonriente.
La imagen sí que lo es todo.