
¿Alguna vez te has sentido atrapado en el desierto de la vida, sin esperanza ni salida? Las lecturas de hoy nos recuerdan que Dios nos ofrece un camino de salvación y vida nueva a través de Cristo, levantado para nuestra curación y liberación. Quédate, porque en los próximos minutos descubriremos cómo mantener la mirada fija en Jesús es la clave para superar nuestro mal y encontrar la vida eterna. Recuerda: cada día te ofrecemos las lecturas sagradas en formato podcast para que la Palabra te acompañe dondequiera que estés.
En el libro de los Números, el pueblo de Israel, cansado y quejumbroso en el desierto, murmura contra Dios y Moisés, lamentando su situación difícil. Como consecuencia, serpientes venenosas atacan y muerden a muchos. Pero Dios, en su misericordia, ordena hacer una serpiente de bronce que Moisés eleva en un palo; quien la mira queda curado y vivo. Este signo es una llamada a la confianza y la esperanza pese a las pruebas.
Pablo, en su carta a los Filipenses, nos presenta a Cristo como el ejemplo supremo de humildad y obediencia. Siendo Dios, no se aferró a su condición divina, sino que se anonadó a sí mismo haciéndose siervo y aceptando la muerte en cruz. Por esa obediencia y amor extremo, Dios lo exaltó y le dio el nombre sobre todo nombre, para que todo ser reconozca en Jesús al Señor glorioso.
En el Evangelio según Juan, Jesús le explica a Nicodemo que él es el único que ha subido al cielo y vuelve a bajar para darnos vida eterna. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, el Hijo del Hombre debe ser levantado para que todo el que crea en Él tenga vida. Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único no para condenar, sino para salvar y dar vida eterna. Mirar a Jesús levantado en la cruz es mirar la misericordia y el amor que nos libera del pecado y la muerte.
El Papa Francisco ha explicado que Jesús se ha “hecho serpiente” para que, mirándolo, podamos resistir las mordeduras venenosas del mal que nos acecha. Su crucifixión es la gran manifestación de la misericordia divina, un abrazo que salva, una invitación a vivir la fraternidad y el perdón. Así la cruz se convierte en el camino de amor humilde, gratuito y universal.
¿Cómo aplicar este mensaje hoy? Manteniendo la mirada fija en Jesús, especialmente en los momentos de dificultad y tentación. Recordando que el verdadero poder está en la misericordia de Dios que se revela en la cruz. Viviendo con agradecimiento y confianza, no en nuestras fuerzas, sino en su amor. Y siendo instrumentos de ese amor y reconciliación en nuestro entorno.
En conclusión, el mensaje de hoy nos invita a elegir la vida verdadera al mirar a Cristo crucificado, fuente eterna de gracia y salvación para todos. Que esta reflexión inspire a vivir con esperanza y amor renovados cada día.
Gracias por acompañarnos en esta reflexión. Si este mensaje ha tocado tu corazón, comparte este podcast y continúa con nosotros cada día para profundizar en la Palabra que transforma. Recuerda: aquí te llevamos la Palabra de Dios en formato podcast, para que nunca camines solo.
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