
Nicodemo era alguien que aparentemente no necesitaba hablar con Jesús. Hoy día en las iglesias, muchos somos como Nicodemo. Creemos que ya no necesitamos hablar con el pastor. Asistir a todas las reuniones. Tomar los cursos y discipulados. Después de algunos años en la fe, creemos que somos tan buenos que ya podemos ser maestros, consejeros, predicadores de la Palabra, etc. Creemos que hemos alcanzado la estatura del varón perfecto, pero en realidad estamos equivocados. Hay un Nicodemo dentro de nosotros que necesita Nacer de Nuevo.