
En 1 Timoteo 3:15; Pablo le dice a Timoteo: “…para que… sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios,que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. Sin embargo, pareciera que muchos ignoramos cuál es la verdadera naturaleza de la iglesia. La iglesia no es un edificio, es el cuerpo de Cristo. Fuimos llamados para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó a su luz admirable. En esencia, nuestra vida, carácter y conducta deben reflejar a Cristo. Recuérdalo, somos una sola familia, escogidos por Dios, llamados y transformados a la imagen de Cristo; a fin de glorificar a Dios.