El imperio español estaba regido por los reyes de la Casa de Austria junto a un selecto número de consejeros, maestros y ayos. Los cimientos educativos de esa élite de gobierno eran un factor clave para la estabilidad de aquella maquinaria cosmopolita.
Preceptores de infantes e infantas, que desde Isabel la Católica hasta Carlos II ponen de manifiesto la esmerada educación e importancia de las reinas en la formación espiritual y la cuidadosa selección de maestros de sus sucesores.
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El imperio español estaba regido por los reyes de la Casa de Austria junto a un selecto número de consejeros, maestros y ayos. Los cimientos educativos de esa élite de gobierno eran un factor clave para la estabilidad de aquella maquinaria cosmopolita.
Preceptores de infantes e infantas, que desde Isabel la Católica hasta Carlos II ponen de manifiesto la esmerada educación e importancia de las reinas en la formación espiritual y la cuidadosa selección de maestros de sus sucesores.
La Casa de Austria finaliza sus casi dos siglos de hegemonía dinástica con el reinado de El Hechizado, término que la leyenda negra da a su retraso mental. Y, sin embargo, según las fuentes, Carlos II sobresalió de pequeño por su inteligencia y vivacidad.
El amor del llamado Rey Planeta por su sucesor, dio a luz uno de los grandes libros de consejos de buen gobierno de un padre a un hijo. La muerte de Baltasar Carlos destruyó todas las ilusiones del Imperio español y de su padre, el rey Felipe.
La sombra de Felipe II pesó mucho sobre el pequeño Felipe, que tuvo que lidiar no sólo con su carácter, sino también con un padre poco presente que tuvo el buen juicio de ponerle unos ayos y consejeros extraordinarios para formar a un rey capaz y tolerante.
La leyenda negra nos presenta a un Felipe II, cruel y autoritario que dio por buena la muerte de su hijo. Nada más lejos de la realidad, como demuestra la preocupación por la formación de su hijo y el epistolario a sus hijas Catalina Micaela e Isabel Clara Eugenia
El hijo del emperador Carlos perdió pronto a su madre, la emperatriz Isabel, que influyó sobremanera en su formación. Años después, convertido en príncipe del Humanismo, le tocará vivir la Contrarreforma católica y la dificultad de aunar ambas realidades
La todopoderosa reina de Castilla demostró no sólo ser una voraz escritora y lectora, sino una hábil educadora que puso el acento en la preparación de su descendientes y creó un gabinete de ayos y consejeros para Palacio
El autor de nuestro primer libro, nos explica la significación de los espejos de príncipes, y nos ilustra, a través de anécdotas, sobre la importancia de estos escritos en el devenir del Imperio español durante dos siglos.
El imperio español estaba regido por los reyes de la Casa de Austria junto a un selecto número de consejeros, maestros y ayos. Los cimientos educativos de esa élite de gobierno eran un factor clave para la estabilidad de aquella maquinaria cosmopolita.
Preceptores de infantes e infantas, que desde Isabel la Católica hasta Carlos II ponen de manifiesto la esmerada educación e importancia de las reinas en la formación espiritual y la cuidadosa selección de maestros de sus sucesores.
