
Cuando tenemos guerra en nuestro corazón, nos dicen que lo llenemos de paz. Y a veces no reconocemos esa paz en nosotros. Es sencillo reconocer las emociones del día a día, esas que nos levantan, que nos conectan. Algún logro, empatía, alegría, esfuerzo. identifica esas emociones que son tu fortaleza, aquellas que te mueven, que te acercan. Llena tu corazón de esa energía, e irrádiala. Confía que tu aportación suma vibración para la gran obra.