
Recordamos Jalar el rayo violeta que nos transforma a nosotros mismos. Lo ampliamos para después Tomar de los otros su dolor, angustia, idea de separación. Y les damos nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fe. No lo que nos sobra, sino lo que hemos incorporado en nosotros. Sincronizamos nuestra respiración mientras tomamos y damos.
*Esta meditación es sacada de la tradición Budista. Es un gran regalo.