
En la espiritualidad la aceptación implica reconocer y acoger todas las experiencias de la vida, tanto las positivas como las negativas, sin resistencia ni juicio. Y la verdad es que aceptar no es fácil para mucho pero esta aceptación es la que nos permite abrazar la totalidad de la experiencia humana con compasión y amor incondicional, cultivando la paz interior y la conexión con uno mismo, con los demás y con el universo en su conjunto.