Y que me mires como soy: el más alegre de todos, pero también el más triste. Uno es así de extraño cuando se tiene mi edad...
A simple vista, ya no parece un infante que tenga muchas ganas de seguir con vida...
Parecía que todo se estaba preparando para cuando por fin dieran el salto a lo desconocido que tanto anhelaban juntos poder conocer...
Yo, como tú, amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas...
Uno no sabe lo que es el vicio, hasta que choca contra sus labios...
Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda: Yo quiero ser un muerto como los de Neruda...
Un evento cotidiano que se vive como algo extraordinario. Una cita diaria que anhelas con mucha expectación...
Si, tal vez nadie se aleje de este mundo, aunque se extinga cada quien en su momento. —Nos iremos sin irnos, ninguno va a quedarse ni va a irse...
Los detalles que hicieron brillar, hoy ya no están. Los detalles ahora van hacia atrás...
Esta noche al oído me has dicho dos palabras comunes. Dos palabras cansadas de ser dichas. Palabras que de viejas son nuevas...
Una canción para dos que, aunque los demás no escuchan, suena más y más fuerte dirigiendo el ritmo de dos almas entregadas a su son...
El día que me quieras tendrá más luz que junio; la noche que me quieras será de plenilunio...
Corto el tiempo que se va volando, corta la vida que nos presentó apenas hace algunos mayos, corta la eternidad que después de algunas vidas juntos, nos seguimos encontrando...
Hoy me gusta la vida mucho menos, pero siempre me gusta vivir...
Un segundo adiós que nunca se pronunció. Una despedida que nunca se quiso...
Todo el color de aurora despertada el mar y tú lo estiren en un sueño...
Es fácil ir por la vida sin conectar con otro hasta que encuentras a tu otro...
Rosa divina, que en gentil cultura eres con tu fragante sutileza magisterio purpúreo en la belleza...
La misma respuesta con un gesto de afirmación. Tu respuesta siempre era tal vez, pero no te quedabas ahí...
Puse un punto de mi vida en ellos y quise yo soñar que tú eras mía...