
Falta poco para que se cumpla un año del derrame cerebral que cambió mi vida, y me doy cuenta de que me estoy exigiendo demasiado. Quiero estar completamente recuperada, como si pudiera borrar lo que pasó. Pero la realidad es otra: lo que viví fue muy grave, y aunque no esté al 100%, he avanzado muchísimo. En este episodio hablo de esa presión silenciosa, de la desilusión de no llegar a donde quería… y de la necesidad de reconocer lo lejos que he llegado.