
Muchos pastores y líderes eclesiásticos, han mordido el anzuelo dejando incluso que estos hombres suban a sus altares, tomen el púlpito y hablen mentiras al pueblo que ellos están llamados a cuidar, proteger y velar por ello y esto sucede cuando tantos pastores, líderes y congregación comienza a perder la visión de las cosas de arriba para poner sus ojos en las cosas materiales.