En esta segunda parte de su historia, Flor profundiza en su camino de fe y transformación. Luego de una adolescencia marcada por la lucha interna con la atracción hacia personas del mismo sexo, tomó la decisión de agradar a Dios, aún cuando esa decisión iba en contra de lo que el mundo hoy promueve: “sigue lo que sientes”. Hoy, Flor está casada con un hombre, algo que muchos podrían cuestionar o no entender. Sin embargo, ella comparte con sinceridad cómo vive su matrimonio con gozo, gratitud y firmeza en su identidad como hija de Dios. A través de Su gracia, día a día vence no solo esa atracción, sino muchas otras tentaciones que enfrentamos todos.