Este año la Iglesia celebra el 8 de abril el anuncio del cumplimiento de las promesas de salvación. Es la fiesta de la Encarnación: el Hijo eterno del Padre entra en la historia; se hace hombre en la carne de María, una muchacha humilde del pueblo de Israel.
La Iglesia Católica celebra la Fiesta de la Divina Misericordia, instituida por San Juan Pablo II para recordar que Cristo siempre perdona a quien se arrepiente de sus pecados.
El Domingo de Resurrección es el día en que incluso la Iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.
Hoy es Sábado Santo y la Iglesia Católica, después de haber conmemorado la Pasión y Muerte del Señor, se prepara para celebrar a Jesús Resucitado. La mayor de esas celebraciones es la Vigilia Pascual.
El Viernes Santo nos presenta el drama de la muerte de Cristo. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.
El domingo 24 de marzo marca el comienzo de la Semana Santa para la Iglesia Católica, con la conmemoración del Domingo de Ramos, día que evoca el momento en el que Cristo entró triunfante en Jerusalén.
En el Plan Reconciliador de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María.
Hoy 17 de marzo, la Iglesia Católica celebra el V Domingo de Cuaresma. Jesús manifiesta que ha llegado “su hora”, en evidente alusión a su próxima muerte.
Hoy celebramos el Cuarto Domingo de Cuaresma: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único»
Cristo purifica el Templo judío, para que no sea un lugar que retiene y confina a Dios. Los romanos lo destruirán. Nosotros podemos encontrar a Cristo Resucitado en cualquier parte y él será el fundamento del Nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia.
Hoy 25 de febrero, la Iglesia Católica celebra el II Domingo de Cuaresma. La lectura del Evangelio de hoy está tomada de Marcos capítulo 9, versículos del 2 al 10 (Mc 9, 2-10). El relato corresponde al episodio de la Transfiguración del Señor.
Esta celebración recuerda la potestad conferida por Cristo a quien es su representante en la tierra, cabeza de la Iglesia y Sumo Pontífice, tal como consta en los Evangelios: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella" (cfr. Mt 16, 18-19).
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Con la imposición de las cenizas durante la celebración de hoy, se inicia un tiempo litúrgico. La cuaresma busca prepararnos dignamente para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
Cada 2 de febrero la Iglesia universal celebra la fiesta de la Presentación del Señor Jesús en el Templo.
Hoy día de San Juan Bosco les compartimos una meditación sobre la alegría cristiana. Esta meditación nos empieza a preparar para el siguiente ciclo litúrgico; la cuaresma.
Cada 25 de enero, la Iglesia Católica celebra el milagro de la conversión de San Pablo, Apóstol del Señor, a quien también llamamos “apóstol de los gentiles” o “apóstol de las naciones” porque recibió directamente de Cristo resucitado la misión de anunciar el Evangelio a todas las naciones.
Con el Bautismo del Señor concluye el Tiempo de Navidad. La Iglesia nos invita a contemplar nuevamente a Jesús, pero en una segunda “epifanía” de sí mismo: como Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Cada 6 de enero recordamos la “manifestación” del Mesías esperado a todos los pueblos de la humanidad, representados en los sabios de Oriente que llegaron a Belén para adorarlo.