
Es normal que en las etapas tempranas y medias de cualquier hábito sintamos cuando a lo largo de los días, semanas e incluso meses los cambios parecen no funcionar y tenemos la sensación de permanecer en el mismo sitio. La realidad es que nuestro trabajo no se está desperdiciando, en realidad se está acumulando y en algún momento ese grado de diferencia empezará a desencadenar un cambio.