Los laboratorios y universidades compiten por lograr una vacuna efectiva contra el COVID-19; los países ricos, invierten miles de millones en asegurar dosis de posibles vacunas exitosas para su población, mientras los países pobres, buscan desesperadamente no quedar rezagados en la fila por comprar dosis que puedan inmunizar a su gente.
Por otra parte, el movimiento antivacuna se prepara para dar la pelea. ¿Podrá el Estado obligar a sus ciudadanos a vacunarse en contra de su voluntad, con el fin de erradicar la pandemia?
Así como nuestra sociedad lleva enfrentando la pandemia del Coronavirus desde hace meses, el mundo entero ha enfrentado la pandemia del pecado desde casi el inicio de su historia. Probablemente, convivir tanto tiempo con el virus del pecado, nos hace olvidar de la necesidad de contar con una vacuna que nos cure del mismo.
No obstante, la cura existe y busca entregar tanto sanidad temporal (mientras vivimos en este mundo), como una restauración completa en el futuro.
¿Lo mejor de todo? Es gratis, el dinero no sirve para asegurar ser el primero en recibirla, independiente de que haya tenido un alto costo. Y además, nadie piensa obligarte a recibirla si no lo quieres hacer.
Te invitamos a escuchar este capítulo acerca de como Cristo puede ayudarnos a sanar hoy y para siempre.
Michael J. Klaus Espinoza