
Sanar nuestro niño interior es algo que no debemos postergar. En él reside la semilla que le dará vida a nuestra existencia. Nuestro yo interno debe ser abonado con ricas mieles desde niños. Si no tuvimos la fortuna de gozar de una infancia feliz y nuestro niño interior ha sido maltratado y hoy se encuentra herido, es el momento de actuar y buscar sanarlo