Dicen que para poder ser, primero uno debe parecer. Eso es cierto en algunas ocasiones, pero en el caso de considerarse chingón uno debe de irse con cuidado porque podemos caer en la soberbia.   Todos tenemos la necesidad de hacer nuestro camino en el mundo, buscamos reconocimiento y probar que podemos hacer las cosas, pero se trata de cuidar esa línea delgada, porque sin humildad no hay aprendizaje y sin importar la edad que tengas o el kilómetro de la vida en el que estés SIEMPRE hay aprendizaje.   Tus habilidades y tu grandeza no dependen de los demás, y no hay espacio sólo para un chingón, así deja de competir con otros y verlos como mediocres. Cuestiona tus motivaciones, tus objetivos y tus errores.    Y recuerda que mucho está en tu mente, aprende a lidiar con lo que no te gusta mucho y a disfrutar aquello que amas.