No es sorprendente encontrar que la fobia social y la ansiedad por el desempeño ocurren comúnmente entre las personas que trabajan hoy en día, incluso los ejecutivos no están exentos (Verhaeghe, 2014). Esto se vuelve más comprensible cuando se considera que en la sociedad neoliberal contemporánea, sus colegas en el lugar de trabajo caen en la categoría de aquellos que tienen la tarea de evaluar su desempeño o el de sus competidores (que incluye a sus amigos en el trabajo). A veces, están en ambas categorías. Por lo tanto, es difícil para todos no experimentar ansiedad de manera intermitente, algo que fácilmente podría convertirse en una condición crónica. De los hallazgos de Verhaeghe queda claro que la procedencia de la fobia social es similar: en condiciones de intensa competencia, uno sospecha involuntariamente los motivos de las personas cuando le hablan sobre su trabajo, y, nuevamente, esto podría convertirse en una condición general. También se podría agregar la práctica neoliberal de la diferenciación salarial basada en el desempeño, lo que resulta en la desigualdad de ingresos que es característica de las sociedades neoliberales. La proliferación de problemas relacionados con la "salud mental" hoy no puede separarse de este estado de cosas.