Imagínate poder llegar a aprender y practicar estar presente a lo largo de tu día… Imagínate estar en clases o en tu trabajo y estar tan presente que todo tu enfoque está en lo que estás haciendo. Cero distracciones o cero divagar. Imagínate que estás con tal nivel de concentración y enfoque que tu mente no se va a viajar al pasado, en recuerdos de cosas que sucedieron hace meses o años y no te engancha en las emociones de ése momento… entonces estás haciendo lo que debes hacer sin estar preguntándote si debiste hacerlo diferente o si volverás a cometer ése error, ¿será que soy buena mamá, papá, para mis hijos? o si lo hubieras hecho distinto tu relación de pareja habría funcionado, etc…

Esto es muy agotador. Dejarnos divagar así cansa, drena la energía, estresa, te llena de arrepentimientos o culpas, recriminación. Y encima de todo eso, te roba un tiempo precioso mientras no te conduce a nada. Estoy segura que te ha pasado alguna vez.

Pero practicando esta meditación de Atención Plena durante el día, reprogramas ése hábito de la mente de divagar y estás presente.