
En este episodio de El Vacilón, los anfitriones abordan temas tan peculiares como hilarantes. Desde la controversia de los influencers que disfrutan de comida gratis sin pagar, hasta las dinámicas de las colaboraciones en Instagram, donde la autenticidad a menudo se ve eclipsada por la búsqueda de seguidores. Además, la narración toma un giro inesperado cuando cuentan la increíble historia de alguien que lleva a un muerto al banco para cobrar una herencia. Y como si fuera poco, el relato alcanza niveles surrealistas con la crónica de una corona poseída que se mueve en un velatorio, desatando el caos y la hilaridad en un contexto tan solemne. Un episodio cargado de humor, surrealismo y reflexiones sobre las extravagancias de la vida moderna.