
El atractivo físico siempre atrae, llama la atención y deslumbra, sin embargo, solo la personalidad llega al corazón y enamora. Es ella quien nos confiere carácter, fuerza, tenacidad y esa seducción que llega al alma y que afianza el vínculo de las almas gemelas, de esas personas que ven lo que es invisible a los ojos.