Llegó el día, y aunque el cuerpo quiera descanso, a veces la mente no se detiene.
Sigue pensando en lo que falta, en lo que no dijiste, en lo que viene.
Pero hoy es un buen día para elegir ligereza.
Haz una cosa a la vez.
Suelta esa conversación mental que ya no suma.
Sonríe sin motivo.
Y permítete sentir que no todo tiene que estar resuelto para disfrutar este momento.
Hoy puede ser un buen día… si tú lo permites.
Y si tú estás en paz… todo alrededor se acomoda un poquito mejor.