
En los pasajes del capitulo 2 del libro de Segunda de Pedro, nos muestra una enorme preocupación por parte de Pedro en que los hermanos en Cristo enfrentarían personas malignas que con engaños predicarían cosas falsas acerca de la palabra. Esta predicación o uso de la palabra no quedara impune, sino que estas personas, sino se arrepienten, serán juzgadas por su maldad. Pedro nos expone distintos ámbitos donde las personas llenas de pecado, sino se arrepienten, serán reservadas para su juicio y castigo. Si los ángeles no quedaron impunes por su rebelión, cuanto mas nosotros que tenemos el evangelio de salvación. El uso del evangelio debe tener un solo propósito, el cumplir la voluntad de Dios.