
No quisiera compararlo con Iván Redondo, porque él no busca el foco y sabe que una condición indispensable de un asesor es la discreción. Tampoco lo hago porque Ignacio Varela (Madrid, 1954) tuvo un éxito mayor: trabajó durante la etapa más poderosa del PSOE, junto a Felipe González, cuando no había español que no quisiera ser amigo del presidente. Varela, hombre inteligente, ahora observa las «liebres» que saca todos los días el Ejecutivo de Sánchez y, como no solo prueba la comida, sino que sabe cómo la preparan los hombres del presidente, hablar con él es asomarse a la cocina donde se trazan los cuentos de esta política nuestra de todos los días. Lo que ahora llaman «relato», siempre cargados de relatos.
Un podcast de THE OBJECTIVE