
A nadie pudo extrañar que el ínclito resiliente hiciera todo lo que tuviera que hacer para ser investido de nuevo presidente. Lo de mentir también es un clásico, bueno él lo llama cambiar de posición política. Le valen todos los eufemismos posibles. Con tal de seguir un día más al frente del barco…La gente protestó, vaya si protestó. Manifestaciones por aquí y por allá. ¡¡A las barricadas!! El frentismo llega a las calles. Es intolerable eso de la amnistía y recibir con parabienes al fugado. Es intolerable, puede que sí. Pero lo cierto es que los hechos son los hechos y el circo de la política hace posible estos tejemanejes. Los ciudadanos, pues, somos los tontos útiles que participamos de ese circo y lo hacemos posible. La deriva que lleva la nación es cada vez más incierta pero el que lleva las riendas, el resiliente, no tiene problema alguno en mostrar su amoralidad día tras días. Su objetivo es seguir en la presidencia, cueste lo que cueste. Y lo ha conseguido. Ya hay amnistía para unos tipos que delinquieron y, no se equivoque, también habrá referéndum. Se dice ahora que no pero la palabra del amigo vale lo mismo que un mojón; su palabra también puede tirarse por el desagüe.