
Nuestro pensamiento puede orientarse en dos caminos opuestos según la pregunta que te hagas ante una crisis. Si buscas el porqué te ha ocurrido a tí, te quedarás mirando hacia atrás, y probablemente allí no encontrarás la solución. Reformula tu interrogante hacia el para qué ha sucedido, y te será más fácil encontrar un rumbo a tomar, pues estarás enfocado hacia adelante.