
Las crisis se viven de diferente manera según la etapa evolutiva en la que se encuentre la persona de acuerdo a su edad. Nuestros hijos tienen necesidades, prioridades y por lo tanto preocupaciones diferentes a las de sus padres como adultos. Es importante que nos pongamos al nivel de ellos, para entenderlos y poder brindarle lo que realmente requieren, en vez de pretender que ellos se pongan en nuestro lugar.