
¿SOMOS O NOS HACEMOS?
Le pedimos a nuestros hijos que sean mejores que nosotros, bajo nuestro propio concepto de valores, chueco y desgastado. Le exigimos a nuestros hijos que logren cosas que nosotros no hemos logrado.... que dejen de fumar cuando nosotros fumamos... que no tomen pero su padre o su madre son bien alcoholes... que se comporten cuando el jefe es un raterillo bien hecho, etc, etc, etc...
O sea que queremos que sean lo que no pudimos y cuando no lo logran, en lugar de comprender que posiblemente no les damos más armas que para fracasar... porque han aprendido sus formas y sus modos en el hogar... nos decepcionamos y los presionamos.
Pensemos con más calma... ¿no seremos acción y reacción... causa y efecto y ni siquiera nos hemos dado cuenta?