Un lugar para aprender sobre inversiones y encontrar las diferencias entre los distintos caminos a seguir. Todo con la finalidad de lograr la mejor rentabilidad para nuestros activos.
Un lugar para aprender sobre inversiones y encontrar las diferencias entre los distintos caminos a seguir. Todo con la finalidad de lograr la mejor rentabilidad para nuestros activos.
El inversor financiero frente al empresario: dos formas de leer un negocio.
Lo que ves, lo que no… y lo que deberías apuntar.
Europa quiere capital… pero sin empresas que ganen dinero
No es habitual agradecer a quienes apuestan contra las empresas en las que has invertido. Pero los inversores bajistas juegan un papel tan necesario como infravalorado en el buen funcionamiento de los mercados financieros. Ayudan a equilibrar el exceso de optimismo, a destapar malas prácticas antes de que se vuelvan sistémicas y, sobre todo, a proteger a los inversores que miramos más allá del corto plazo.
En el corazón de Europa, donde las fronteras regulatorias deberían ser cada vez más permeables gracias al pasaporte europeo UCITS, sorprende descubrir que los fondos de inversión españoles siguen siendo, en su gran mayoría, productos de consumo exclusivamente doméstico.
Cuando algo altera la vida normal en el mundo —una guerra; una pandemia; un atentado; un resultado inesperado en un referéndum — los ojos de los ciudadanos y los titulares de los medios se vuelcan de inmediato hacia las bolsas. Los gráficos en rojo, las caídas abruptas y el lenguaje de urgencia toman el protagonismo, como si los mercados fueran un termómetro de la estabilidad global. Y, en parte, lo son.
Europa ha decidido aumentar drásticamente su gasto en defensa, y la forma de financiarlo es, en gran medida, a través del endeudamiento. Ese incremento de gasto público se pagará, tarde o temprano, con mayores impuestos. Algunos serán visibles —los tradicionales—, pero otros permanecerán ocultos a simple vista.
Inocsa, la sociedad que controla el 62% de Catalana Occidente ha lanzado una OPA sobre el 38% que no posee al precio de 50 euros por acción. Ha condicionado la OPA a la compra de al menos el 13% del capital social para acabar controlando un 75% como mínimo del capital.
El mercado financiero suele reaccionar con entusiasmo ante medidas que impulsan el gasto público. En el contexto actual, el aumento del gasto militar en Europa ha sido recibido con euforia en las bolsas, ya que los inversores anticipan un incremento significativo en el crecimiento económico de los próximos años. Sin embargo, este optimismo es engañoso si se observa la situación con una perspectiva de más largo plazo.
Las aplicaciones de la inteligencia artificial generativa están acelerando el declive de muchos modelos de negocio. Para los primeros ejecutivos de las compañías, esta tecnología puede presentarse como una amenaza y como una oportunidad.
La semana pasada, la Comisión Europea propuso flexibilizar nuevamente las reglas fiscales autoimpuestas para contener la inflación. Es decir, al igual que ocurrió durante la pandemia, el objetivo de estabilidad de precios pasaría a un segundo plano con tal de preservar el tejido productivo y el orden social. En esta ocasión, la prioridad es la seguridad y la defensa.
Los fondos de inversión operan en los mercados financieros y ofrecen a sus partícipes liquidez diaria. Sin embargo, este beneficio conlleva un riesgo inherente: la posibilidad de una crisis de liquidez que afecte a todos los inversores.
En plena carrera para desarrollar los mejores modelos deInteligencia Artificial generativa, NVIDIA se ha convertido en un proveedor clave de tarjetas gráficas o GPU (Graphics Processing Units) para las grandes tecnológicas y la inmensa mayoría de desarrolladores de software a nivel global.
Las reuniones navideñas con familiares y amigos suelen ser un escaparate de estrategias de inversión que han funcionado en el pasado: invertir en empresas con dividendos crecientes (los llamados dividend aristocrats), apostar por las blue chips, buscar compañías con bajo PER,enfocarse en empresas de alto crecimiento, priorizar aquellas con elevado ROE, comprar en las caídas (buy the dip), o diversificar a través de la indexación (cómprate el mundo).
Hace dos meses destacábamos la importancia de la flexibilidad para adaptarse a las circunstancias, como un medio para proteger y rentabilizar el patrimonio. Esa flexibilidad se entiende como capacidad para adaptarse sin quedarse obligado a invertir en activos que dejan de tener sentido, como los bonos con rentabilidades negativas.
El corralito de 2001 en Argentina me pilló en la universidad. No es fácil olvidar aquella situación en la que a los argentinos se les limitó la posibilidad de sacar dinero del banco por encima de los 250 dólares o pesos semanales.
Tengo grabadas dos enseñanzas de aquel momento.
Perjudica a todos, también a los más necesitados, y hace peores a las empresas.
Desde una perspectiva estrictamente recaudatoria, un buen impuesto debe cumplir ciertos criterios: Debe gravar efectivamente lo que se propone; mantener un bajo nivel de fraude; no hacer disminuir la recaudación de otros tributos; crecer en volumen y número de contribuyentes a medida que la economía lo hace y generar incentivos adecuados para que, al defender su propio interés, los contribuyentes contribuyan al bien común.
En los mercados de capitales, las valoraciones de empresas a menudo se utilizan para engañar o persuadir a aquellos con menos conocimientos financieros y empresariales. Es común que las empresas cotizadas paguen a casas de análisis para que hagan «cobertura» de sus empresas y elaboren valoraciones favorables para quienes pagan por esos informes.
Quedan seis meses para que sea posible rescatar las aportaciones realizadas a los planes de pensiones con más de 10 años de antigüedad, junto con sus plusvalías. Con esta medida se pretende incentivar el ahorro en este tipo de inversiones y aumentar la confianza en el sistema de ahorro para la jubilación.
El aviso «Rentabilidades pasadas no presuponen rentabilidades futuras» es comúnmente encontrado junto a información sobre rendimientos de productos financieros. Este mensaje advierte a los inversores de que no deben asumir automáticamente que los resultados futuros replicarán los del pasado. Por ejemplo, que un activo se haya revalorizado un 10% en un año no garantiza una apreciación similar el año siguiente.