
Que el PIT-CNT defienda el trabajo es lo lógico. Que, en la víspera de la última ronda salarial de este gobierno, intente mejorar remuneraciones, también. Pero no se puede ignorar la realidad, falsificar los números e inventar el monstruo de un presunto «modelo de desigualdad» desmentido por los hechos. Es demasiada mala fe.