
El país lleva adelante un proceso imprescindible de transformación educativa. Si el 41,9 % de los egresados de la educación media no pasan del mínimo en comprensión lectora, el 50,3 % en matemáticas y el 43, 9 % en ciencias, estamos en gravísimos problemas. No reconocerlo es desertar del compromiso con la nueva generación y condenar al país a la mediocridad y el atraso.