Esta semana, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que entre el 60 y el 70 por ciento de la población alemana probablemente estaría infectada, lo que podría significar la muerte de cientos de miles o millones de personas. El jueves, el primer ministro británico, Boris Johnson, declaró: "Debo nivelarme con el público británico: muchas más familias perderán a sus seres queridos antes de tiempo".

Ni el gobierno británico ni el alemán anunciaron una importante asignación adicional de fondos para hacer frente a la crisis. Por el contrario, el principal asesor científico de Johnson, Sir Patrick Vallance, insistió en que el gobierno británico no debería tratar de evitar que el coronavirus infecte al público: "No es posible evitar que todos lo contraigan, y tampoco es deseable".

No hay duda de que al menos algunos miembros de la clase dominante ven las muertes por coronavirus como deseables. El columnista del British Telegraph Jeremy Warner declaró abiertamente lo que se está discutiendo dentro de los círculos gobernantes cuando escribió: "El COVID-19 podría incluso ser levemente beneficioso a largo plazo al eliminar desproporcionadamente a los dependientes mayores".