
La vida social es parte de nuestra realidad: cumpleaños, reuniones, antros, comidas con amigos... lugares que muchos creen espacios donde Dios no entra. Pero, ¿y si justo ahí es dónde más se necesita confirmar las propias creencias?
En este episodio hablamos de cómo poder vivir la fiesta con estilo propio: disfrutando con libertad, respetando a los demás, cuidando a los amigos y transformando el ambiente con alegría limpia. Porque ser santo no consiste en huir del mundo, sino en meter a Dios en todo: en el estudio, en el trabajo... y también en la fiesta.