
Aunque mi historia no traiga mucha tristeza y tragedia, sí trae mucha nostalgia. Mis papás son de esos millones de colombianos que fueron a Venezuela en la década de los 80 por mejor calidad de vida y un lugar donde criar a su familia. Durante 19 años de mi vida, Venezuela fue mi hogar, un hogar feliz, lleno de abundancia y tranquilidad. Gracias a Venezuela soy lo que soy hoy.
Aunque nostálgica e incompleta porque no sé cuándo volveré.
Soy una persona agradecida. Gracias Venezuela, porque en tus playas deje mi niñez.
Espérame que vengo pronto.