
En la primera semana de abril del año 2018, me encontraba en Venezuela, lleno de miedo y pasando por momentos duros que vivía mi país. Por culpa de una dictadura, de la cual yo era opositor. Esa misma semana, el 10 de abril, tomé mi violín, dos pantalones y tres franelas, y despidiéndome de mi familia, salí del país. El 11 de abril llegué a Cúcuta, Colombia, al puente internacional Simón Bolívar. De allí caminé hasta el centro comercial Ventura Plaza, saqué mi violín, dejé abierto mi estuche y empecé a tocar. En ese momento, Colombia me dio la bienvenida.
Allí empezó mi travesía en este hermoso país. Nueve meses tocando en la calle, un lugar del cual estoy agradecido, y del cual aprendí muchas cosas. Pasado ese tiempo, el gerente del conservatorio de Neiva vio un video mío que se hizo viral y me dio la oportunidad de trabajar allí durante un año. Fue una experiencia increíble. Hoy ya tengo más de dos años en Colombia, he conocido personas maravillosas y lugares preciosos. Siempre tuve el apoyo de ACNUR, he dado clases en diferentes instituciones musicales y colaboraciones en distintas orquestas.
Siempre agradecido con Colombia.
Enmanuel Bastidas
Cúcuta, Norte de Santander.