
Esta lección nos dice que para recibir amor, primero debes amarte y cuidarte a ti mismo.
El mundo actúa como un espejo: lo que sientes y proyectas hacia ti, es lo que los demás te devuelven.
Si te tratas con amor y valor, atraerás lo mismo; si te criticas o rechazas, recibirás rechazo.
La clave es trabajar en tu relación contigo, porque ese es el origen de todo lo que experimentas afuera.