
Los años 80 dentro de Bolivia fueron años muy tristes para la mayoría de los bolivianos, el decreto 21060 pudo parar la hiperinflación, pero el costo fue muy alto. La relocalización de los mineros y el desempleo eran asuntos presentes en el día a día en el país. Por otro lado, en el aspecto político, los partidos tenían una falta de credibilidad que las elecciones de 1989 solo lo agravarían más, lo que es importante dentro de esta elección es ver la emergencia de nuevos liderazgos, especialmente en la urbe paceña, liderazgos que formarían parte esencial de los siguientes años políticos y que darían de baja a los líderes de la revolución del 52 que claramente en esta elección marcaría su jubilación política.