
En un castillo muy difícil de encontrar, un rey guarda el Grial, un objeto misterioso, capaz de regenerar y conservar la vida. El rey está enfermo y la tierra baldía. Sólo se salvará cuando un caballero de corazón puro encuentre el castillo y formule la pregunta adecuada al contemplar lo que ve. Si no lo hace, todo permanecerá igual y el castillo desaparecerá y se deberá iniciar de nuevo la búsqueda. Cuando, tras muchas aventuras, consiga llegar de nuevo al castillo del Grial y plantear la pregunta, el rey sanará, la tierra reverdecerá y entonces el héroe se convertirá en el guardián del Grial.
Esta historia es una metáfora de la búsqueda interior, en que el rey enfermo representa el ego desconectado de su esencia, y la tierra baldía es un mundo de apariencias en que se vive con poca autenticidad, sometidos a las modas y las reglas sociales. El Grial es una imagen de la función trascendente: la comprensión de la verdadera naturaleza de la existencia. Se asocia con un recipiente o cáliz que contiene algo sagrado, como el conocimiento o la verdad interior. El héroe representa la parte del Yo profundo que mantiene la ilusión e inocencia, el arquetipo del loco, que emprende la búsqueda de significado y del amor.
La leyenda del Grial es uno de los mitos más significativos y que más ha influido en el inconsciente colectivo de nuestra cultura occidental. Representa el logro del individuo, por encima del condicionamiento de la sociedad de una época determinada.