
En el camino del autoconocimiento, existen ciertos momentos en que una actitud excesivamente empática y sensible puede entrar en conflicto con nuestro propósito de vida. Es decir que, a veces por no hacer daño, evitamos luchar. En estos casos es necesario conectar con nuestro Yo profundo para reconocer el camino correcto y tomar la decisión adecuada.
Eso es lo que le ocurrió a Arjuna, que antes de la batalla entre Pandavas y Kauravas sintió una gran angustia, y le entraron dudas, al ver a sus parientes y amigos en el bando opuesto. En ese momento crítico, Krishna, su amigo y conductor del carro de combate, se convierte en su guía espiritual, y le ayuda a comprender la situación, asumir su responsabilidad y enfrentarse al enemigo.
La conversación entre Arjuna y Krishna configura el Bhagavad Gita, la parte central del Mahabharata, uno de los grandes textos sagrados de la India.
Arjuna simboliza a la persona que enfrenta dudas, miedos y dilemas morales en su camino hacia la autorrealización. Krishna representa la voz de la sabiduría interior, la conciencia superior que nos guía y orienta hacia nuestro verdadero propósito en la vida. Finalmente, Arjuna acepta su deber como guerrero y se compromete a luchar en la batalla con determinación y sin apego al resultado.
El conflicto principal del Mahabharata culmina en la gran batalla de Kurukshetra, donde los Pandavas y los Kauravas se enfrentan en una lucha épica que dura 18 días.
La historia de Arjuna y Krishna nos recuerda la importancia de enfrentar los desafíos de la vida con valentía, sabiduría y compasión, y nos ofrece una visión inspiradora de la transformación personal. Simboliza un paso importante en el camino hacia la autorrealización y la integración psicológica.