
Cuando las cosas van bien, es muy fácil sonreír, vivir con alegría y con entusiasmo y agradecemos a Dios por tanta bendición, pero ¿qué pasa cuando las cosas no marchan bien, o la vida no va como la teníamos planeada? en ambos casos, podemos ver el verdadero carácter de las personas, tanto en la abundancia, como en la escasez, y también revela mucho de nosotras, cuando una oración es contestada o cuando una de nuestras necesidades por tanto tiempo esperada, se ve realizada.
Noé mostró fe y paciencia, al esperar por más de 7 meses encerrado con su familia y tantos animales a su cuidado, la indicación de Dios, un día tras otro, la misma rutina, el mismo lugar, las mismas personas, que haces tú ante la aparente demora De Dios, que no te libra de la tormenta en la que estás inmersa, o que simplemente parece que se olvidó de tu petición, de tu necesidad.
Así como estuvo con Noé y su familia, Dios también está contigo en tus tormentas y en tu espera, la diferencia la haces tu, con tu actitud, porque depende cual sea, la espera será un trago amargo, o un aprendizaje del amor y el carácter de tu Creador, tu decides.