
Los bonos convertibles no son una clase de activo que contemplemos por separado en nuestra estrategia de inversión porque son un híbrido entre emisiones corporativas ordinarias y sus acciones, además con una serie de peculiaridades que hacen preferible una inversión desagregada, mejor diversificada y que permita ajustar el peso de la renta variable y los sesgos crediticios o bursátiles.