
Es complicado hacer previsiones financieras con tantas incertidumbres geoeconómicas, y con el índice mundial de acciones en USD en máximos históricos. Pero si el verano pasado estuvo marcado por el breve tsunami desencadenado por la fuerte apreciación del JPY, el de este año podría estarlo por el posicionamiento bajista extremo en el USD.