
Muchas veces elegimos cambiar cosas en nosotros para complacer a otros para intentar mantenerles a nuestro lado. Incluso ocurre cuando emprendemos el proceso de sanación. Una motivación externa nos lleva a querer sanar. Y no esta mal, a veces esa motivación externa es necesaria para que empecemos a observarnos. Sin embargo, la decisión no debe depender de esa motivación externa. O sea, no debe darse porque esperar algo a cambio de tú
cambiar. Por ejemplo que el otro también quiera/elija cambiar, que el otro te quiera, que el otro no te deje, etc. etc. etc. Y es que, cuando cambias por y para otro, ¿qué queda si el otro ya no está? ¿qué vas a sentir si lo que esperas del otro con tus cambios no se da? ¡DECEPCIÓN! Por eso es SUPER IMPORTANTE que cuando elijas cambiar, sanar, ser tu mejor versión lo hagas POR Y PARA TI, sin importar lo que puedas obtener del otro. Ese otro se va a beneficiar de tus cambios, pero no debe ser el motivo para querer sanar. Tu motivo debes ser tú misma, sentirte mejor en tu propia piel y con cada una de tus decisiones.