
Uno de los motores de mi vida es recordarme a diario que nunca nunca nunca pierdo, sino que siempre aprendo algo. Y si aprendí, entonces la verdad es que GANÉ. Pero vamos, que me lo repito a diario porque es fácil caer en viejos pensamientos y por ende, en viejas conductas. Y una con la que esta lección me flaquea de vez en cuando es con el pensamiento de que pierdo el tiempo. Hoy te hablo de eso y de lo que la vida me ha ido enseñando. Vamos, que al final, creer que perdemos algo, incluyendo el tiempo, es una trampa del ego que nos hace creer que cuando algo no sale como queríamos, entonces no funcionó.