
A Saúl no le bastó haber tenido la aprobación de Dios, él necesitaba la aprobación de Dios y alguien más, levantó monumento a su propia persona y priorizaba el beneplácito del pueblo a agradar el corazón de Dios.
Te invito a escuchar esta interesante impartición que es parte de esta serie de enseñanzas que hemos titulado “El Corazón de la Adoración”