
La ira promete justicia, pero solo deja ruinas. La mansedumbre, en cambio, es fuerza bajo control, esperanza que espera y herencia que perdura. En este episodio exploramos cómo el Salmo 37:8–11 y las palabras de Jesús en Mateo 5:5 revelan que la verdadera victoria no nace de la violencia del corazón, sino del espíritu apacible que confía en el tiempo de Dios. Moisés, Jesús y Pablo encarnaron esta mansedumbre que no se rinde al ego ni a la ira, y que anticipa una herencia eterna de paz. Descubre cómo entrenar tu corazón para soltar el fuego interior y vivir hoy en la paz que mañana será plenitud.