
"Una persona tiene otras preocupaciones, pero en todo momento de su vida un gato sólo tiene una preocupación. Eso es lo que los hace tan sumamente equilibrados, y por eso el espectáculo de un gato confundido o asustado nos impresiona: sentimos al mismo tiempo compasión y ganas de reír. Un gato se enfrenta a la fuente del peligro o de la confusión, y su único recurso es lanzar un bufido fétido a través de sus encías con manchas."
Lydia Davis, Los gatos del patio de la cárcel.