
Al ver aquella piedra recordó una antigua leyenda que su abuelo le contó de niño sobre la piedra del venado. Se decía que algunos cazadores eran escogidos por los señores y dioses del monte para que se encontrasen con esta piedra en alguna de sus excursiones de caza, el poseedor de esta piedra sagrada era bendecido con una puntería infalible y con una caza abundante.