
Este capitulo es una invitación a la sanidad y restauración
Hacia el final, el autor propone que estas luchas no son el destino final. Se nos invita a traer estas heridas al corazón de Dios, a permitir que Él responda la pregunta interna con su verdad amorosa. También se anima a la oración, la reflexión y la vulnerabilidad como caminos de sanidad.