
Durante décadas, el rol del profesor en medicina se entendía como el de un transmisor de conocimientos, una figura central cuya autoridad se sustentaba en el dominio técnico y en la experiencia clínica. Sin embargo, este modelo se ha visto superado por los cambios profundos en el entorno de aprendizaje actual. Hoy, el verdadero desafío no es solo inspirar y formar, sino gestionar la atención de médicas y médicos en formación que crecen y aprenden en un entorno hiperconectado, saturado de estímulos digitales y múltiples demandas cognitivas.